viernes, 3 de mayo de 2013

TIEMPO Y ETERNIDAD

TIEMPO Y ETERNIDAD

Solo el presente es, el antes y el después no son; el concreto presente es el resultado del pasado y está grávido de futuro. El verdadero presente es, pues, la eternidad (Hegel).

El ser se hace presente en un ente. Presente deriva del latín praeesse, que significa estar presente. El Ser, pues, al presentarse o darse en un ente, está presente en él. Pero presente tambien significa regalo, don y, por ello, el ente es un don, en el cual  el Ser está presente. Pero este don no supone la donación de la Totalidad del Ser y, en consecuencia, al estar el Ser pres-ente en un ente, está también, en tanto Totalidad, aus-ente en él. La ausencia como propia del no-ser, es otra característica del  tiempo. Sigámonos adentrándonos en nuestra marcha y, al hacerlo, no temamos repetir que los entes son por que participan del Ser y éste al participarse, está en ellos, es en ellos. Ahora bien, este hallarse en, estar en -instare-, hace que el ente sea una instancia  -instantia- , una presencia del Ser. Pero además hemos visto que no hay otra forma de pensar la eternidad sino como simultáneamente coextensiva a todos los momentos del tiempo, instalada en ellos, estando en ellos. 
Este estar en  -instare- , que constituía la instancia del Ser, constituye también el instante. La Eternidad instalada en el instante instaura el tiempo como algo no absolutamente heterogéneo a ella.
El instante, dice Kierkegaard,
                                                 es esa cosa ambigua en que estan en contacto el
                                                  tiempo y la eternidad, contacto con el cual queda
                                                  queda puesto el concepto de la temporalidad en la que 
                                                   el tiempo desgarra continuamente la Eternidad y la 
                                                   Eternidad traspasa continuamente el tiempo.
    

Y un poco antes afirmaba que,
                                                    así entendido, no es en rigor el instante un átomo del tiempo,
                                                     sino un átomo de la Eternidad. Es el primer reflejo de la 
                                                     Eternidad en el tiempo, el primer intento de aquella, por decirlo
                                                      así, para detener el tiempo.

Nosotros, seres temporales, es en el instante donde podemos hacer nuestra la sentencia de Spinosa:
                                                "Sentimus et experimur nos aeternos esse."
Platón en el Parménides, 152a, dice que si el Uno (Dios) participa del Ser, participa tambien del tiempo, y advierte, en 156e, que el instante se halla situado, fuera del tiempo, en el intervalo entre reposo y movimiento,o sea entre tiempo y Eternidad.

- Fragmento de la Tesis Doctoral de Don Arturo Garcia Astrada, profesor emérito de la Universidad           Nacional de Córdoba.
  













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