miércoles, 8 de mayo de 2013

EL TIEMPO DEL ALMA

EL TIEMPO DEL ALMA

El  alma vive en un tiempo diferente al de nuestra conciencia ubicada en un tiempo lineal. Nuestro  pasado, presente y futuro,  coexisten a velocidades diferentes.

Cuando el alma toma una decisión, lo hace en un  tiempo diferente, que desde la mente se percibe como para siempre. Cada decisión, cada recuerdo son mantenidos a este nivel, en un eterno presente, permanentemente actualizado por la mente, y a través de ésta atrayendo circunstancias, que energeticamente  se corresponden, por afinidad, con esos recuerdos-decisiones, que en definitiva, son en su conjunto, los que dan forma a la semilla de nuestra personalidad.

Es por ello que es difícil desterrar definitivamente algunos rasgos, que por estar sostenidos en un tiempo diferente al lineal, y pulsando, mantienen su característica inicial. Esta inercia solo puede ser liberada a  través de la conciencia del contenido origen del rasgo, en el nivel que corresponda.

La información viaja mucho mas rápido que la velocidad de la Luz, lo hace a 587.000.000.000 km/s,  además se transmite a través de los fluidos corporales, otorgándoles el nivel vibratorio correspondiente, siendo  los pensamientos (guias del accionar del hombre dormido), en parte generados, por lo niveles traumáticos, las energías  encargadas  de esta tarea.

Una vez más se repite aquello de "como es arriba es abajo" o "como es adentro es afuera" y si quisiera referirme a la, por lo menos correlación, entre las memorias  de vidas pasadas y la actualización en este tiempo lineal. Una paciente, joven de 25 años, afectada por lupus eritematoso, que mejoró al punto de ir dejando los medicamentos, ya que la causa del lupus esta relacionada , en un nivel, con cierto tipo de relacione familiares, al hacer una regresión, puede recordar, que en una vida anterior fue afectada de lepra, causa de aquella muerte; recién al tiempo de haber comenzado el trabajo terapéutico. Y es ella la que encuentra relación entre aquella enfermedad y la actual (lupus),  en estado de relajación profunda.

El alma desde el punto de vista de Ken Wilber, correspondería al los niveles sutiles, cuyo tratamiento merece un aparte.



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