El estado de presencia, el poder estar presentes en nosotros es una práctica diaria, que al comienzo sólo nos lleva a la conciencia de cuan ausentes estamos de nosotros mismos. Nos muestra que incapaces somos de resistir los impulsos intelectuales, emocionales o instintivos. De algún modo resultamos absolutamente dependientes de niveles de pensamiento, o de respuestas emocionales ante estímulos externos, cuando no internos.
Si bien, como ya se expresara, debiéramos en la práctica generar el "testigo". Un testigo no crítico, un testigo absolutamente imparcial, un testigo no juez, pues de otro modo que parte de nosotros estaría juzgando a que parte de nosotros?
Ahora bien, con que actitud lo haríamos? Me parece que el término adecuado es ACECHO. Ciertamente es un término chamánico, o al menos asi expresado en "Las Ensenanzas de Don Juan".
Que significa acecho? Y no podemos estar al acecho, si no hay "alguien" presente para adoptar esta actitud, que la fotografía de inicio, espero ilustre correctamente. No se trata de no tener pensamientos, no se trata de controlar. Se trata de lograr una actitud correcta, y esta es, que en esta presencia meditativa estemos a la espera de los emergentes, cualesquiera sean (intelectuales, emocionales, etc.), a efectos de transmutarlos en conciencia.
Quizás sea mucho más rápido darse cuenta en un nivel físico, por ejemplo un dolor de cabeza. Todo dolor tiene un núcleo, y pudiendo trasladar la conciencia a ese punto, se puede permitir la liberacion del contenido que ese dolor expresa, pues ya estamos en condiciones de liberarnos de él.
En esta vida no hay maestros, nuestra única maestra es la Vida, si logramos ser buenos discípulos de ella.
Y para ser un buen discípulo hace falta "alguien" atento a sus enseñanzas.
Y que son las enseñanzas de la Vida? El darnos cuenta que solo podemos atraer aquello que vibre con nosotros. Y a partir de aquí, es un poco más sencillo. No puedo cambiar el Afuera pero si el Adentro.
El Budismo se refiere a la indisolubilidad del adentro y del afuera, refiriéndose a ello, como que son dos pero no dos. Hay una relación causal con nuestro afuera, que tiene el propósito de mostrarnos un adentro, y que de estar ausentes de nosotros, responderíamos con mecanismos que finalmente tornan automática nuestra conducta, alimentando de este modo los contenidos reprimidos, que son los que generan nuestro nivel de sufrimiento (Ego).-
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